Del escritorio del pastor— 30 de abril del 2023
En nuestras lecturas de las primeras semanas de Pascua, escuchamos sobre los primeros pasos de la Iglesia en el libro de los Hechos. No me he centrado en estas lecturas como si en los eventos que ocurrieron después de Pentecostés (aún falta un mes). Sin embargo, vale la pena ponerle atención desde ahora. De hecho, vale la pena leer este libro en esta temporada de Pascua que es desde la Pascua hasta Pentecostés.
Si tuviera que resumir el libro de los Hechos, lo describiría como la Iglesia temprana viviendo el período de Mistagógica. Esta frase es la misma frase que usamos para describir la formación continua de los neófitos de RICA/ RICA (miembros recién llegados a la Iglesia). ¿Qué es “mistagógica”? Como puede verse desde su raíz, estamos hablando del “misterio”. ¿Qué misterio? ¿El misterio de nuestra fe, el misterio de por qué Dios moriría por nosotros, el misterio de cómo un ser humano puede resucitar de entre los muertos? pero más que eso, es el misterio que todos celebramos en la Vigilia Pascual/Día de Pascua, los sacramentos. ¿Cómo un Dios infinito llega a existir a plenitud en un mundo finito y en los momentos finitos de los Sacramentos?
El libro de Hechos recorre la vida de algunos de los discípulos/apóstoles, como Esteban, Pedro y Pablo, no solo para contar lo que hicieron en esos primeros días después de la resurrección, sino también para mostrarnos cómo es vivir a plenitud la resurrección. No recuerda que las vidas y prioridades de los discípulos cambiaron cuando aceptaron la Resurrección y recibieron los dones del Espíritu.
Al mismo tiempo que celebramos el acontecimiento pascual, nos preparamos para la venida del Espíritu en Pentecostés. Para todos los que hemos recibido el sacramento de la Confirmación, creemos que hemos recibido los 7 dones del Espíritu Santo. La nueva vida que Jesús nos trae con la Resurrección no es el final de una temporada, La Nueva vida de Pascua, es una vida que nos pide que cambiemos nuestras prioridades, nos pide que pongamos la voluntad de Dios y la de los demás primero. Podremos regresar a nuestras vidas al siguiente lunes como lo hacemos la mayoría todos los lunes por la mañana.
Si sus estudios no van bien en la escuela y sus padres les piden que mejoren, es tiempo de poner primero a la escuela. Si su matrimonio está enfrascado en una batalla de voluntades, es hora de poner a su cónyuge primero. Si encuentra que sus opciones más importantes en este tiempo es decidir si compran o planifican sus vacaciones de verano, es hora de poner a los pobres primero. La nueva vida que los discípulos y apóstoles encontraron fue poner a Dios primero y si queremos una vida nueva en nuestras vidas, eso es lo que debemos hacer también.
Fr. Ray Smith.
Con un corazón para la misión,
Padre Ray