Del escritorio del pastor— 21 de abril del 2024

Hoy nuestro mundo se une en una sola oración con la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Este día llega inmediatamente después de que anunciáramos que los Misioneros Claretianos dejarán el Sagrado Corazón después de 44 años debido a nuestra propia falta de vocaciones. Esta es una realidad también de nuestra diócesis, pero no creo que sea porque no haya vocaciones, más bien creo que es porque podríamos hacer más para ayudar a nuestros jóvenes y adultos a comprender la belleza del llamado de Dios

Entonces, ¿cómo se puede discernir entre los 3 llamados del matrimonio, el sacerdocio/vida religiosa y la vida de soltero? En su forma simple ¿a quién debo servir? Una persona casada servirá primero a su cónyuge y criarán a  sus hijos juntos. En este llamado es importante tener la humildad de ver primero si uno tiene las habilidades de ser un buen compañero y padre. Querer una familia no significa que estés llamado a tener una. Nuestras tasas de divorcio actuales muestran que con demasiada frecuencia las personas se casan sin tener estos talentos y la vocación, por lo que los cónyuges e hijos sufren las consecuencias desastrosas.

El siguiente llamado al sacerdocio y/o a la vida religiosa es para las personas con una vocación más amplia para servir a Dios sirviendo a la familia cristiana en general. Este llamado vario desde el sacerdocio diocesano hasta pertenecer a una orden religiosa de hermanas, monjas, hermanos, monjes y sacerdotes. Algunos viven en una comunidad y otros no. San Antonio Claret y Moter Cabrini, ambos describieron su vocación como “tener un corazón para el mundo”. El amor por servir/ayudar a los demás es una buena señal de esta vocación.

Finalmente, el último llamado es a la vida de soltero. Este llamado no es para todos los solteros o los que no pueden encontrar pareja, sino que incluye a aquellos que eligen este estilo de vida para servir a Dios, no de una forma tan enfocada como el matrimonio y no tan amplia como el sacerdocio /vida religiosa. Estas personas eligen una vida que les permite flexibilidad en sus opciones de residencia, trabajo y ministerio, ya que Dios sigue siendo un foco en todas las vocaciones.

Cada una de estas vocaciones es necesaria en nuestro mundo, pero ahora más que nunca la vocación religiosa/sacerdotal necesita más atención porque es incomprendida ampliamente. El mejor consejo que podemos dar a nuestros jóvenes es compartir: “Si Dios te llama a ser sacerdote o hermana, debes saber que serás apoyado” y lo haremos.

            

 

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Padre Ray Smith, CMF
Párroco

Con un corazón para la misión,
Padre Ray Smith