Del escritorio del pastor— 28 de abril del 2024

En las lecturas de las últimas semanas hemos escuchado a Jesús decir: “Yo soy el Pan de Vida”, “Yo soy el Buen Pastor”, “Yo soy la puerta”, “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, y hoy día, “Yo soy la vid.…” Cada una de estas declaraciones tiene una cosa en común, a Jesús proclamando “Yo soy…” No es simplemente Jesús describiéndose a sí mismo como lo haríamos nosotros con nuestras profesiones, soy carpintero o soy pescador, el “Yo soy” ya es por si mismo un mensaje.

Al decir “Yo soy”, Jesús está repitiendo las palabras de Su Padre en Éxodo capítulo 3 versículo 7: “Yo soy el que soy”. Al usar palabras que solo Dios el Padre había usado de sí mismo, Jesús se está comparando con el Padre. Es por eso que escuchamos una y otra vez que quienes escucharon reaccionaron fuertemente contra Jesús por usar esta declaración, solo el Padre puede usar esas palabras. No olvidemos nunca que los israelitas eran monoteístas (aquellos que creían en un solo Dios) y por lo tanto no podrían entender si Dios es uno, ¿cómo puede Jesús usar también esta frase? En fin, para ellos, esto es más que escandaloso, esto es una blasfemia y la base principal por la que lo mataron porque creyeron que profanaba el nombre de Dios.

Al usar el verbo “Yo soy”, Dios (Padre e Hijo) dice todo lo que puede acerca de Sí mismo en solo dos palabras. “Yo soy” expresa la identidad de una manera que captura todo el tiempo su eterno enfoque en el presente. “Yo soy” también incluye todos los estados del ser (que es el estudio de la metafísica). Dios y Jesús están siempre presentes en el “Yo soy”, así como siempre están en un estado de ser activo.

La otra belleza de este verbo es que no solo puede hablar de lo que uno hace como la fuente de todo ser, sino que también Jesús expresa quién es Él en relación con Dios y con las palabras siguientes (el Camino, la Verdad y la Vida). También expresa quién es Él para nosotros (Pan de Vida, Buen Pastor y la Vid). Esta es la verdadera belleza del “Yo soy” y la belleza de Dios. “Yo soy” le permite a Jesús hacer algo que Él no hace cuando habla del Reino de los Cielos. Allí dice que “el Reino de los Cielos es como…” pero aquí Él dice plenamente quién es Él. Él no dice que Él “es como” una vid, Él “es” la  Vid.

Ningún otro verbo puede manejar el dinamismo de Dios como el verbo “Yo soy”. En cada declaración, ninguna palabra puede capturar completamente quién es Dios, pero de cualquier palabra que tengamos, “Yo soy” dice más que todas nuestras palabras juntas y, ciertamente, por qué Dios la eligió.    

            

 

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Padre Ray Smith, CMF
Párroco

Con un corazón para la misión,
Padre Ray Smith