Del escritorio del pastor— 2 de abril del 2023
Hoy al hacer Jesús su entrada triunfal a Jerusalén, entramos a nuestra semana más santa del año. Y lo más singular es, que el día más grandioso de la vida de Jesús comienza de la forma más simple. Jesús no hace una entrada triunfal montado en un semental cautivador u otro animal que exige respeto, sino en uno de los animales más humildes, un burro junto a su potro que nadie jamás había montado. ¿Imagínese si en su coronación, la reina Isabel hubiera hecho lo mismo? No es difícil comprender entonces por qué tantos en Israel no entendieron lo que Él era realmente.
¿Por qué haría tal cosa? En el momento en que Israel finalmente comenzaba a reconocerlo como el verdadero Mesías y el Rey que habían esperado, durante siglos, ¿por qué no había venido vestido como la realeza? ¿De la manera como la mayoría de los israelitas esperaban? Desde su nacimiento, Jesús nos mostró que Él vino de una forma inesperada, de la forma más humilde. Al hacerlo, nos ha mostrado el plan y camino divinos. Muy seguido la Biblia nos recuerda que pensamos como el mundo, y no como Dios piensa.
Un error que cometemos siempre como cristianos es que pensamos que Israel solo tenía ciertas expectativas sobre cómo vendría el Mesías, cuando en realidad existían variedad de ideas de cómo sería el Mesías. Unos se imaginaban al Mesías llegar como un guerrero poderoso y triunfante, mientras que otros lo veían venir como un hombre de paz. En Daniel 7, Él viene en una nube para mostrar su poder, pero en Sofonías el viene sobre un burro.
Hay una característica del Mesías en la que todos estaban de acuerdo y es que el Mesías restauraría a Israel. Por supuesto, “cómo” haría eso no era unánime, pero “que” lo haría estaba claro. Hoy vemos que la forma como lo hizo cumplió con todas sus expectativas, como las expectativas Davídicas reales, llegando triunfante en procesión (aunque en un animal humilde) y fue coronado rey (aunque con espinas). Tales acciones y otras hablaron de la naturaleza profética del Mesías. Jesús hizo también transcender al mesías dentro cuando se afirmó como el Hijo del Hombre. Como mesías, hizo el sacrificio sacerdotal perfecto, aunque siendo el mismo. Además, Él restauró el Templo, aunque era el Templo de Su cuerpo. Finalmente, y de manera más convincente, presento al mesías como un siervo sufriendo y muriendo en la cruz injustamente.
Esta semana, Jesús cumple con todo lo que se le esperaba como Mesías. Tenemos la oportunidad de no repetir los errores de nuestros antepasados, que vieron desde sus limitadas perspectivas. Para ver a Jesús en la plenitud de su mesianismo, no podemos simplemente ver lo que sucede, debemos participar en todos los eventos. Él será el cumplimiento de todo lo que buscamos si no somos solo espectadores, sino que estamos dispuestos a caminar con Él toda la semana.
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Con un corazón para la misión,
Padre Ray