Del escritorio del pastor— 9 de abril del 2023

Domingo de Pascua

¡Felices y bendecidas Pascuas! Para muchas personas, este es un día que conlleva una variedad de sentimientos, para unas personas este es un día feliz porque llego la primavera, y tal vez nuestros hijos estén más entusiasmados por los dulces, otros pueda que estén tristes porque se les ha muerto un ser querido recientemente  o pasan por un divorcio, y otros están sumergidos en la depresión o la enfermedad. Sin embargo, a pesar de todo esto, nuestro Señor nos hace un llamado a sentir algo nuevo, la alegría.

Puede ser que no se sientan alegres de repente solo porque es 9 de abril. Puede que no porque todos los demás estén celebrando, ustedes se van a sentir automáticamente  alegres. Puede ser que sean como los apóstoles que no “creyeron inmediatamente” porque aún estaban atrapados en el mundo difícil que los rodeaba.

Este día celebramos nuestro día más santo, el día más importante de nuestro año, el día en que ocurrió el evento más grande de toda la historia humana. La resurrección de nuestro Señor Jesús Cristo.  El día en que Dios nos da el último regalo de la creación, no sólo la vida, sino la vida eterna.

En la misma palabra “gozo” aprendemos cómo llegar a la alegría siguiendo una regla simple, donde el “gozo” representado a “Jesús”, a “otros” y a “Usted”. Si ponemos nuestras vidas en ese orden, encontraremos la alegría que buscamos hoy y todo comienza con Jesús. Cuando pongamos primero a Jesús, entenderemos de que se trata este día.

El día de hoy no es tanto de conejitos de Pascua y huevos de chocolate, sino de cruces ensangrentadas y tumbas vacías. Mucho menos se trata de cenas y ropa de Pascua, sino de  encuentros de Jesús en la Última Cena (Eucaristía) y Cristo Resucitado. Hoy cuando ponemos a Jesús en primer lugar, nos alejamos de toda la muerte que existe en nuestro mundo y nos dirigimos hacia una vida nueva. Hoy Jesús le da a TODOS un nuevo comienzo, no solo para la próxima vida, sino también en esta, ya que les dio a los apóstoles un nuevo comienzo con su resurrección El segundo paso para alcanzar la alegría es enfocarse en los demás, como lo hizo María Magdalena. ¿Qué hizo María Magdalena después de su encuentro con Jesús? Ella corrió a compartir su alegría con los demás, fue a compartir la buena nueva con los demás, por lo que estamos llamados a no hacer menos que esto. Estamos llamados a compartir la alegría de Jesús con los demás y sí, podemos hacerlo a través de la búsqueda de los huevos de Pascua y con cenas de Pascua, pero teniendo a Jesús en el centro de estos eventos. Finalmente, por último, y con razón, “usted” viene al final. Es un recordatorio de que debemos alcanzar la humildad antes de este evento asombroso. Nuestro gozo no comienza con nosotros, pero termina con nosotros donde habitará. Que la alegría pascual de nuestra nueva vida esté con ustedes hoy y siempre.    

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Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Con un corazón para la misión,
Padre Ray