Del escritorio del pastor—14 de noviembre de 2021


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

El poder de la memoria

A medida que el frio del invierno se acerca, y las hojas de los árboles van cayéndose y pasamos más tiempo dentro, nuestros pensamientos también se ahondan. El mes que está dedicado a crear conciencia sobre las vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa, la historia de los nativos americanos, el hambre, diabetes, y SIDA también es un mes marcado por los recuerdos del primer día de Acción de Gracias, el Dia de los Veteranos, y la Fiesta de todos los Santos y Todas las Almas. No podríamos hacer nada de esto sin el don de la memoria y la manera en que recordamos a otros es talvez nuestro acto más espiritual este mes.

El recordar aquellos que se han ido antes que nosotros, como a nuestros veteranos la semana pasada, y a nuestras familiares el fin de semana anterior, es siempre agridulce. Agradecemos a Dios por ellos, rezamos para que ellos estén con él, pero aun así no dejamos de sentir tristeza al saber que ya no están más entre nosotros. Nuestra fe nos da el don de ayudarnos en momentos así y pasar de la tristeza a la paz aprovechando la fuerza de los recuerdos para crear relaciones nuevas con nuestros muertos.

La forma más evidente de recordar a nuestros seres queridos este mes en el Sagrado Corazón es en nuestro altar de los muertos en nuestro vestíbulo y nuestra iglesia, así como en nuestro cementerio improvisado con los nombres de los familiares a quienes no podemos visitar por estar lejos, así como el libro del recuerdo en nuestro altar eucarístico. Con una foto, y un nombre ellos vuelven a estar presentes otra vez y nos sentimos conectados. Vamos a mantener estos memoriales hasta el Dia de Acción de Gracias, aún pueden agregar los suyos si lo desean.

En nuestra tradición, lo más habitual es recordar a nuestros seres queridos difuntos encendiendo unas velas, rezando un rosario, y/o haciendo una misa por ellos. Mientras encendemos una vela o hacemos una misa por su eterno descanso (coordinada con Dee en nuestra oficina principal) enviamos oraciones por su bien y recordamos que nada nos separa si vivimos con fe, ni siquiera la muerte. El próximo mes tendremos también la oportunidad de conmemorar de otra manera, patrocinado con flores navideñas.

Talvez la forma más hermosa en que la memoria nos lleva a la paz espiritual es cuando tomamos nuestros recuerdos y los usamos como el alimento de nuestro deber como cristianos al servicio de los demás. Talvez deseen seguir con un ministerio que ellos solían hacer, desde lectores, ujieres, o maestros de PSR hasta transmitir la fe que les dieron. Pueden iniciar un nuevo ministerio en su memoria. Si en caso no puede hacer ninguno de estos ministerios, siempre pueden hacer una donación a su nombre para patrocinar los artículos, suministros, o reparaciones necesarias en la iglesia.

Es curioso cómo los mismos recuerdos que guían nuestros pensamientos también nos saquen de nosotros mismos para obrar el bien de los demás, una vez que dejamos de enfocarnos en nosotros mismos y nos volvemos a Dios en busca de consuelo, Él nos vuelve uno nuevamente y no hay poder que nos pueda separar.

Con un corazón para la misión,
Fr. Ray