Del escritorio del pastor— 9 de julio del 2023
Ustedes pensarían que, en el Evangelio de hoy, Jesús no quiere que seamos inteligentes cuando dice “han escondido estas cosas de los sabios y los eruditos, pero las han revelado a los pequeños …” (Mateo 11:25) Este pasaje destaca cómo Dios omitió dirigirse a los fariseos, los saduceos, los escribas y los sabios y habló a los niños, los inocentes, los de corazones sencillos. Es un patrón que se repite una y otra vez a lo largo de los siglos, especialmente en la vida de los apóstoles, San Francisco y Santa Teresa de Lisieux (la pequeña flor) quien no recibió formación teológica, pero fue declarada doctora de la Iglesia por su profunda comprensión de los caminos de Dios.
En La lectura del Evangelio, y en la 2da lectura se critica también, lo que se conocía como gnosticismo. El gnosticismo es un conjunto de creencias, a veces una filosofía de vida, y en otras ocasiones se ha descrito a sí mismo como una religión. Mientras que todavía existe en un conjunto adaptado de creencias hoy en día, Jesús estaba criticando a aquellos que pensaban (y esto incluía a algunos judíos) que la salvación venía a través de un conocimiento secreto que solo algunas personas poseían. La salvación era para los pocos iluminados que se llenaron del conocimiento más alto. Esta mentalidad estaba bastante presente en la Ilustración y aún hoy en aquellos que sostienen que el hombre triunfará por su inteligencia y ya no dependerá de la necesidad de un Dios
Es cierto que podemos crecer en conocimiento y el conocimiento es bueno hasta cierto punto, pero Jesús nos recuerda que no puede reemplazar a Dios, el autor de todo conocimiento. Jesús también saca a relucir que hay cierto acceso a Dios que solo los corazones inocentes y sencillos tienen. Es por eso que Jesús buscó a los pescadores como apóstoles. Si Jesús se hubiera rodeado con intelectuales de su tiempo, la persona común no lo habría escuchado.
¿Cuál es el mensaje para nuestros jóvenes de hoy? ¿Qué la escuela no es importante y que pueden abandonarla cuando quieran? No, la escuela tiene su lugar en nuestro mundo, pero nunca debemos pensar que nuestro conocimiento nos salvará y será suficiente. Jesús nos recuerda una verdad simple, debemos venir a Dios, debemos confiar en Dios y entregarle a Dios todos nuestros problemas. Con mucha frecuencia nos quedamos atrapados en el complejo del Mesías donde tratamos de arreglar todo y nos olvidamos de dejar que Él nos guíe. Él puede guiarnos solo si estamos dispuestos a usar Su yugo, si estamos dispuestos a dejar que Él nos señale el camino.
Seguir a Jesús no tiene que ser complicado, amar a Dios, pasar tiempo con Él en oración, especialmente por nuestros enemigos, y servir a los demás, especialmente a los más necesitados. Jesús no solo compartió su mensaje con Israel, no solo lo trajo para unos pocos elegidos, lo trajo para todos y espera que cada uno de nosotros lo comparta en palabras y hecho.
Con un corazón para la misión,
Padre Ray Smith