Del escritorio del pastor— 30 de julio del 2023

“..todas las cosas  saldrán bien para los que aman a Dios”. Así lo dice hoy san Pablo en la segunda lectura. Tal vez hayan escuchado esto antes e incluso haberlo dicho a otros, con el fin de alentar a alguien que está pasando por momentos difíciles. Es una de las frases en la Biblia que nos ayuda a seguir y, sin embargo, cuando escuchamos esta frase, puede que pensemos en situaciones donde las cosas no salieron bien para unos (o incluso para nosotros) que amamos a Dios.

Muchas personas que aman a Dios todavía experimentan situaciones que no parecen salir bien. Aun las personas que aman a Dios  mueren, y a veces en forma violenta o “antes de tiempo”. Las personas que aman a Dios todavía experimentan menosprecios o injusticias como el racismo o el sexismo/machismo. El Holocausto, vio a casi 3 millones de católicos perder la vida (en su mayoría romaníes (llamados despectivamente gitanos o polacos), ciertamente muchos de ellos amaban a Dios, pero las cosas no salieron bien para ellos.

La clave para entender a San Pablo se reduce a la palabra “amor” y no se refiere al tipo de amor que la gente espera ver en películas como the Bachelor o Hallmark.  Amar es entendido mejor, en la forma como nos enseñó Santo Tomás de Aquino, “Querer el bien del otro”. Es principalmente un acto de la voluntad, no de las emociones, aunque a veces las emociones pueden venir con él.

Amar entonces es querer el bien de Dios, amar es hacer la voluntad de Dios. Es lo que decimos en cada Padre nuestro: “hágase tu voluntad”.  Aun puede parecer peor pensar que Dios quiere el sufrimiento, injusticia, violencia y muerte, pero eso NUNCA es la voluntad de Dios. Estas cosas suceden porque las personas no están escuchando la voluntad de Dios revelada en las Escrituras, no la causa de Dios. De la misma manera, que el cáncer no es la voluntad de Dios, pero lo tenemos porque hemos contaminado la creación de Dios con productos químicos y desechos indiscriminados

Pero si quisiéramos hacer la voluntad de Dios, todas las cosas salen bien porque decimos Dios es bueno. Si quiero  lo que Dios quiere, si estoy dispuesto, y queriendo, hacer el bien. Incluso en cosas difíciles de la vida, trataremos de sacar lo mejor en una mala situación. ¿Qué es lo positivo que puedo sacar de esta situación difícil? De los eventos malos han surgido muchas cosas buenas: la Convención de Ginebra, MAAD (madres contra el manejo en estado de ebriedad), alertas Amber y todas nuestras protecciones en el centro laboral.

Las palabras de San Pablo, “todas las cosas saldrán bien…” nunca es una frase Irrealista que se da a otros después de un evento trágico o muerte, sino que es el deseo más profundo de Dios de que todos vengan a Él, todos estamos destinados a Dios, pero debemos amarlo primero, conociendo Su voluntad y si puedo renunciar a mi voluntad por Su voluntad, he aprendido lo que Jesús nos enseñó en la cruz sobre el amor, Dios nos traerá una nueva vida y todas las cosas han funcionado para bien.

 

.


Padre Ray Smith, CMF
Párroco

Con un corazón para la misión,
Padre Ray Smith