Del escritorio del pastor— 5 de febrero del 2023
Muy a menudo, como claretianos, nos olvidamos de compartir la parte de nuestras vidas que nos hacen lo que somos, y las personas a quienes servimos no pueden distinguirnos de otros religiosos u sacerdotes. Como tal, me gustaría compartirles lo que paso esta semana pasada donde casi 70 de nuestros sacerdotes, hermanos, estudiantes claretianos y un obispo retirado se juntaron para nuestro retiro anual en el Centro de Retiros Mater Dolorosa en Sierra Madre, California, que está en la base de las montañas de San Gabriel en el área metropolitana de Los Ángeles. Este retiro es uno de los dos momentos privilegiados que tenemos cada año donde nuestra provincia se reúne para renovar nuestros lazos fraternos, nuestro carisma, nuestros espíritus y nuestro sentido de misión.
Este año tuvimos la bendición de tener a nuestro Superior General, el P. Matthew Vattamatan CMF, (jefe de los 3000 claretianos del mundo) para dirigir nuestro retiro. Él estuvo presente con nosotros por dos razones. Primero, porque quería ayudarnos a integrar Nuestro Capítulo General del año pasado, donde nuestra congregación mundial imagino cómo queríamos vivir nuestra visión misionera los próximos 6 años y, segundo, para ayudar a prepararnos para nuestro próximo Capítulo Provincial el 5-9 de junio donde trataremos de implementar los objetivos del Capítulo General en el contexto específico de nuestros ministerios aquí en la provincia de Estados Unidos/Canadá
Nuestro retiro, como último capítulo, ha sido una reflexión sobre nuestro carisma a San Antonio María Claret en tiempos modernos llamado “Enraizados en Cristo, audaces en el amor”. A medida que se ha implementado el tema, parece ser un buen mensaje para todos nosotros. Comenzando con estar Arraigados a Cristo que nos pide que miremos las cosas que realmente nos han arraigado y plantado. ¿Tenemos buenos hábitos de oración? ¿Dedicamos un tiempo a Cristo todos los días? ¿Estamos creciendo en nuestra vida emocional e intelectual? Estas son las raíces sin las cuales no podemos crecer y aunque pareciera que un sacerdote si hiciera todo esto, necesitamos también revisarnos de vez en cuando.
La segunda mitad del retiro nos pide que miremos la vida con osadía (ser audaz) en el amor (y misión). Esta frase no me atrajo al principio, se sentía como una versión espiritual de lenguaje corporativo usado en exceso como “avanzar y retroceder”. Pero en este retiro vi el llamado como a estar dispuestos a tomar rumbos nuevos para vivir una vida más profunda con Cristo a través de la vida comunitaria, la oración, la obediencia, la castidad y la misión. Si miro al Sagrado Corazón, me doy cuenta de lo audaz que hemos sido al establecer un refugio en nuestro propio salón, que damos la bienvenida a muchos, que reunimos frecuentemente a nuestras dos grupos que hablan dos idiomas diferentes, que el hno.Manolo y yo llevamos nuestra fe a las calles de Springfield, Nixa, Ozark, República, e incluso a un camión de comida en Battefield. Al bendecir nuestras gargantas hoy, usemos nuestras voces para compartir esta Buena Nueva.
Con un corazón para la misión,
Padre Ray