Del escritorio del pastor— 18 de diciembre del 2022
Este año la Navidad traerá un regalo por el que muchas personas oran, la Navidad caerá en domingo, por lo que solo tendremos que ir a misa una sola vez la próxima semana. Es lo contrario a lo que estamos acostumbrados y eso podría ayudarnos a prepararnos mejor para la Navidad porque prepararnos para la Navidad no es como prepararnos para otras fiestas / días santos. Mientras que normalmente nos apuramos en prepararnos para los eventos especiales, la Navidad nos pide que disminuyamos la velocidad y nos preparemos para lo que está por venir. Tal vez los que estamos en el hemisferio norte tenemos una ventaja de tener la Navidad en el invierno, donde los días son más cortos y oscuros y eso naturalmente nos lleva a la reflexión y a la introspección. Esta semana es un momento ideal para reflexionar sobre lo que necesito hacer para asegurarme que Jesús será bienvenido en mi hogar y en mi vida, visto que Él no fue bienvenido en Belén.
Para ayudarnos con este tiempo de reflexión, la Madre Iglesia nos da una mini-temporada, una Octava, (17-23 de Dic) llamada la temporada O-antífona. Cada día reflexionamos sobre los predichos de Jesús para recordarnos quién viene realmente. Si conoces las canciones navideñas, entonces sabrás que las antífonas-O componen los versos de la canción “O Come, O Come, Emmanuel”. Ellos son (en orden) Oh Sabiduría de Dios Altísimo (17), Oh Líder de la Casa de Israel (18), Oh Raíz del tronco de Isaí, (19), Oh Llave de David (20), Oh Amanecer Radiante (21), Oh Rey de todas las naciones (22), y Oh Emanuel (23). Una forma de hacer que cualquiera de nuestras temporadas santas sea más significativo es añadiendo más oración en su día. Si ha estado olvidando sus oraciones, puede comenzar fácilmente con una oración matutina y una oración vespertina. Si solo hace uno de estos, puede agregar el otro también. En cualquier caso, haga un esfuerzo por empezar su día con uno de estos reflexionando sobre esa parte de Jesús que se cumplirá en tu vida desde la sabiduría hasta la nueva luz de Dios.
Dios está con nosotros en todas y cada una de las Eucaristías, pero la Navidad es el momento en que Dios irrumpió en nuestra humanidad y merece una atención especial. Es interesante reflexionar como la mayoría de las formas que nos preparamos culturalmente para la Navidad (fiestas, compras, decoración, horneado y vacaciones) van en contra de nuestro llamado a reducir la velocidad, estar en silencio a la vez que la naturaleza refuerza la quietud. No es que no debamos celebrar con amigos y familiares, pero debemos saber que va contra nuestro mejor interés y tal vez por qué los niveles de estrés se disparan innecesariamente en esta época del año. En cualquier caso, un momento extra para sentarnos junto al árbol de Navidad, chimenea o rincón de oración puede ser un buen comienzo para calmarnos y no perder de vista la cosa más grande que le ha pasado a nuestro mundo.
Con un corazón para la misión,
Padre Ray