Del escritorio del pastor— 19 de enero del 2025

Queridos Feligreses,

Cuando comencé a considerar el sacerdocio, nuestro obispo me dio un consejo: “Pon tu vocación en las manos de Nuestra Señora y ella cuidará de ti”. Todavía creo que es un buen consejo, y lo sigo haciendo. Cada vez que tenía una reunión importante en el seminario, rezaba un Ave María antes de que comenzara. Antes de cada conversación difícil y de cada obstáculo, hacía lo mismo.  Siempre he acudido a Jesús rezando también, pero me aseguro de acordarme de pedirle a María que también rece por mis necesidades.  

Todos nosotros debemos acudir diariamente a María en busca de ayuda. Basta con rezar un Ave María al comienzo del día o antes de una actividad importante o en un momento de necesidad, como lo hice en el seminario. Es bueno también rezar nuestro rosario a menudo y meditar sobre la vida de Jesús con ella.

Somos sus hijos espirituales, y ella está feliz de ayudarnos. Mientras escribo esto ahora, le pido a María que adopte nuestra parroquia y que ore por nosotros.

María, Madre de Dios, ruega por nosotros!

               

          

Padre Joseph