Del escritorio del pastor— 14 de septiembre de 2025
Queridos Feligreses:
Este fin de semana será mi segundo fin de semana enseñando la clase de Confirmación. Después de un año de establecerme aquí en el Sagrado Corazón, estoy emocionado de poder enfocarme en nuestros programas de educación religiosa (PSR) y formar parte del equipo de catequistas para las clases de fin de semana. Nuestra juventud es muy importante, y tenemos muchos que buscan algo bueno. Como comunidad, tenemos la responsabilidad de apoyar a nuestras familias y ayudarlas a crecer en la fe, la esperanza y el amor. Por esta razón, quiero compartir algunos cambios que hemos hecho este año y sobre las posibilidades en el futuro.
El primer cambio es la renovación de los salones de clase. Ya lo había mencionado antes, pero no puedo dejar de decir lo feliz que me siento con las mejoras en nuestras aulas. Están recién pintadas y tienen una nueva iluminación que las hará más brillantes y acogedoras. Uno de los salones ha sido retocado y hemos añadido tapetes coloridos de bienvenida en el pasillo. Tenemos planes para colocar más obras de arte en las paredes de los pasillos. ¿Tal vez deberíamos organizar una jornada de puertas abiertas para que las familias puedan ver los salones?
El segundo cambio es la oración conjunta con los catequistas antes de las clases. Nuestras salas de clases pueden ser un trabajo agotador para nuestros maestros, quienes hacen un gran sacrificio para estar allí. Este momento de oración es una oportunidad para encomendar nuestro trabajo a Dios, unirnos como equipo y llenarnos espiritualmente antes de dedicarnos por completo a nuestros estudiantes-discípulos. Nuestro trabajo es más que transmitir información; estamos presentando a los niños a alguien que ambos conocemos y amamos, es decir Jesús.
El tercer cambio es mi presencia como catequista. Tomé el rol de catequista de Confirmación porque necesitábamos a alguien que lo hiciera, pero también por lo mucho que valoro nuestro programa de PSR. Quería estar en medio de todo y ver cómo funcionaba, conocer a nuestros catequistas y comprender los desafíos que tenemos que superar. Y en última instancia, porque quiero lo mejor para nuestra juventud.
En el futuro, espero encontrar más formas de atraer a las familias y construir una comunidad. Me gustaría ofrecer programas para los jóvenes después de que hacen la confirmación. Me gustaría que el PSR fuera algo que entusiasme tanto a los padres como a los jóvenes, porque el amor y la alegría de Jesús se conocen y se sienten.