Del escritorio del pastor— 20 de julio de 2025
Queridos Feligreses:
La semana pasada les compartí el significado de llegar a Santiago de Compostela después de una larga caminata, como algunos había preguntado, fue un total de 190 millas en 15 días. Otros me han preguntado qué aprendí de mi peregrinación, y eso es lo que quiero compartirles hoy.
Lo primero que aprendí fue como se siente tener la mente despejada. Todos los días nos levantábamos temprano y caminábamos lo más lejos que podíamos antes de que saliera el sol y aumentara el calor. Guardábamos bocadillos en nuestras mochilas y nos deteníamos brevemente para descansar y comer antes de continuar. Por las noches, tras llegar a nuestro siguiente pueblo, descansamos y disfrutamos de una buena cena juntos. A pesar de que tenía el celular conmigo, me sentí libre de preocupaciones por tres semanas enteras, sin ninguna otra responsabilidad que la de caminar y descansar. Desde que volví a casa, puedo recuperar esta tranquilidad más fácilmente.
Una segunda cosa que aprendí, y que ya he mencionado anteriormente, fue la de caminar juntos como grupo. Cada uno de nosotros tenía sus debilidades que de alguna forma se manifestaban durante el viaje. Pero tuvimos que ser pacientes y generosos unos con otros, y aceptarnos y ayudarnos en nuestras debilidades. Desde que regresé, he estado atento a cómo podemos avanzar juntos aquí en la parroquia de la misma forma para que así nadie se quede atrás en el camino.
La última cosa que diría es que mi español ha mejorado mucho. Me siento más cómodo hablando, aun cuando tengo que buscar las palabras. Durante el Camino, la mayoría de los pueblos eran pequeños y pocas personas hablaban inglés. A menudo me pedían que tradujera para el grupo ya que algunos no hablaban nada de español. Recuerdo un día en particular en que llovía a cántaros y tuve que llamar a un taxi para que viniera a recogernos al borde del camino. Estábamos empapados y muertos de frio, así que me sentí como un héroe ese día. A menudo pensaba lo muy agradecido que estaba de que nuestra comunidad me haya ayudado a prepararme para esas experiencias.