Del escritorio del pastor— 13 de octubre del 2024
Queridos feligreses
“Los amigos fieles son un refugio seguro; quien encuentra uno, encuentra un tesoro” (Eclesiástico 6:14). Espero que todos aquí en el Sagrado Corazón tengan amigos así. La semana pasada me reuní con un grupo de hermanos sacerdotes para nuestro encuentro de “Jesús Caritas”. Este es un momento en el que pasamos juntos orando en silencio durante una hora ante nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, luego nos ponemos al día sobre lo que nos ha estado sucediendo desde la última vez que nos vimos, y terminamos la noche con una buena comida. A veces salimos a comer, y a veces cocinamos nosotros mismos cuando podemos. ¿Estamos de acuerdo en todo? No siempre, tenemos nuestros desacuerdos. Pero lo que si tenemos en común es nuestra fe y nuestra necesidad de amistad y responsabilidad.
La amistad ha sido la base de mi vida como cristiano desde que creí por primera vez en Jesús gracias al testimonio de un amigo. Ahora mis amigos cristianos me fortalecen en la fe, y he ayudado a otros a encontrar la fe siendo amigo de ellos también. Jesús vino a hacerse amigo de los que no tenían amigos, y la amistad de sus discípulos se demuestra aún hoy.
Una vez más, espero que todos aquí en el Sagrado Corazón tengan amigos. Si no es así, veamos si podemos solucionarlo. Comience con la oración. Pídale a Dios que envíe un buen amigo a cada uno de nosotros y pídale que cada uno de nosotros pueda llegar a convertirse en un buen amigo. Luego, mantengan los ojos abiertos para ver a ese alguien que Dios le esté enviando. Hable con esa persona, y pregúntele si les gustaría hacer alguna actividad juntos, algo que les guste a ambos para así poder conocer a esa persona mejor. Si esa persona es un compañero cristiano, oren juntos. Si no lo es, oren antes y después para que ambos puedan conocer mejor a Jesucristo. Luego, deje que la amistad crezca, ya que así será a partir de ese momento.
Dios nos creó para vivir en comunidad, por eso somos más felices en comunidad. Dios mismo es una comunidad en la Santísima Trinidad. Hoy en día, demasiadas personas se sienten solas y esperan que alguien más les hable. Como cristianos estamos llamados a hacer amigos, así como Jesús, el Hijo de Dios, se hizo hombre para ser nuestro amigo. La amistad me ha ayudado y quiero que les ayude a ustedes también.
Padre Joseph