Queridos feligreses:

Todo buen comienzo; tiene un final; y aquí estoy al borde de mi partida de Springfield hacia mi próxima asignación en Arizona. Miro esto con gratificación y alegría. Gracias por su participación en mi viaje. En las palabras del Presidente John F. Kennedy, diría, “Debemos encontrar un tiempo para detenernos y agradecer a las personas que hicieron la diferencia en nuestras vidas.” Ustedes han hecho una diferencia en mi vida. Espero y creo haber hecho todo de mi parte por la parroquia del Sagrado Corazón según mis conocimientos y habilidades.

“El aprecio es algo maravilloso. Hace que lo excelente en los demás también sea parte de nosotros,” dice Voltaire. Puedo decir con confianza que todos los proyectos, logros y actividades realizadas, la historia de esta parroquia en los últimos años, por su puesto con todo lo ‘bueno y malo’, con sus altibajos, ustedes me han apoyado y han trabajado conmigo. El resultado nos pertenece a todos. Que Dios sea alabado por las buenas obras hechas en toda la parroquia independientemente de su distribución o credo.

Sin seguir enumerando más y más los logros, podemos estar felices ya que el Señor ha estado trabajando con nosotros en todo lo que hemos hecho. Y así, “Dejen que la palabra de Cristo more en ustedes de forma abundante, enseñando y amonestando unos a otros con toda la sabiduría, cantando salmos e himnos y canciones espirituales, con corazones agradecidos hacia Dios.” (Colosenses 3:16)

A medida que emprendo mi viaje a mi nueva asignación, quiero decirles que nunca olvidare mi tiempo aquí en el Sagrado Corazón. El amor y aprecio que me han mostrado durante mis años como su Pastor permanecerá siempre conmigo. Dios los bendiga a cada uno de ustedes siempre, hasta que nos volvamos a encontrar.

Con ustedes en Cristo,
Fr. Gaspar Masilamani, CMF, Pastor