Del escritorio del pastor— 8 de mayo del 2022


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Querida familia de Sagrado Corazon,

Hoy mientras nuestro país celebra el Dia de las Madres, nuestra Iglesia celebra el Dia Nacional de Oración por las Vocaciones. En muchas formas estas dos celebraciones tienen mucho en común, ya que la maternidad es una de las primeras vocaciones más comunes. Sin la vocación de maternidad, nosotros no existiríamos.

Este día significa más que la oportunidad de dar flores o descansar de cocinar. Es un día para honrar a nuestra madre.  Honrar a nuestra madre es aprender de las lecciones que nos enseñó, especialmente las espirituales. Cuando hacemos lo buen que ella nos enseñó, es que la honramos.

A nosotros nos gustaría creer que somos individuos independientes, pero ninguno de nosotros podría haber llegado a este punto sin ella.   Incluso nuestra fe nos recuerda que estamos interconectados por más de 23 pares de cromosomas.   Nuestras acciones son un reflejo distintivo de aquellos que nos criaron, para bien o para mal.

Así como las madres viven la vocación de criar y educar a sus hijos, también están llamadas a edificar la vida de la Iglesia a través de la vocación de sus hijos. Es  responsabilidad de cada madre católica cristiana alentar  a sus hijos a seguir la voluntad de Dios en sus vidas, y preguntarse: “¿Qué quieres el  señor que sea?” y no “¿Qué es lo que quiero ser cuando sea grande?

Esta simple pregunta es el comienzo de toda vocación.  Es bueno que las madres ofrezcan a sus hijos/nietos oportunidades para exponerlos a todas las vocaciones del matrimonio, el sacerdocio y la vida religiosa, así como a una vida soltera dedicada a Dios.  Un buen inicio seria alentarlos a crecer en su fe.  Esto puede significar tomar un ministerio en la iglesia como monaguillo, asistente o formadores de PSR o permitirles ir en peregrinación, hacer un viaje misionero o servir en un comedor de beneficencia.  Las vocaciones nacen siempre del servicio.

Lo que le da a una madre su identidad es que ella es quien da a luz, Pero como Jesús le recordó a Zaqueo, nosotros también debemos nacer desde arriba.  Las madres tienen un papel crucial en nuestro segundo nacimiento, el nacimiento para servir a Dios.  Sin el segundo nacimiento, el primero no tiene sentido.

Aunque gran parte en nuestro mundo piensa que el Día de la Madre es dirigido por Hallmark, es más importante para nosotros darnos un tiempo para agradecer y orar por nuestras madres, y así oramos: Querido Dios, te pedimos que bendigas a nuestras madres para que puedan estar a la altura de su llamado a traer vida a nuestro mundo y a nuestra Iglesia.   Que pueda seguir siempre el ejemplo de nuestra Santísima Madre, que dio su “sí” a su vocación y que nunca dejen de ayudar a sus hijos a ser tus hijos verdaderos, incluso cuando les lleva a una cruz.  Que puedan  tener un gran  coraje ante las cruces de sus vidas para conocer tu cruz es lo que nos trae vida verdadera.  Amén

Con un corazón para la misión,
Padre Ray