Del escritorio del pastor—6 de marzo de 2022
Querida familia de Sagrado Corazon,
Sabemos que la Cuaresma es nuestro tiempo de penitencia cuando ayunamos, rezamos y damos limosna para prepararnos para la Pascua. Podría ser útil ver cómo y por qué hacemos esto al comenzar esta temporada.
En una palabra, la Cuaresma se trata de conversión: tomarse un tiempo para mirar nuestras vidas y ver cuán auténticamente estamos viviendo nuestras promesas cristianas de amar a Dios y a los demás. Decir simplemente que ninguno de nosotros es perfecto y que siempre podemos ser mejores es cierto, pero si no nos tomamos un tiempo específico para ver cómo ser más auténticos seguidores de Jesús, nunca comenzaremos el proceso de acercarnos a Él.
La Cuaresma es un tiempo agridulce. Es amargo, ya que enfrentar nuestras fallas y fallas naturalmente genera tristeza y decepción porque no somos tan buenos como deberíamos ser. Sin embargo, también es dulce en la medida en que nos acercamos más a Dios, quien dio su vida por nosotros.
Para muchas personas es difícil saber por dónde empezar, quizás por eso nos enfocamos en las 3 simples acciones de ayunar, orar y dar limosna. Aun así, puede ser un desafío si no sabe por dónde empezar, por lo que me gustaría compartir algunas sugerencias que me han sido útiles en años anteriores.
El ayuno, que hacemos el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, es cuando comemos solo 3 comidas y la comida grande no es más que las dos comidas pequeñas combinadas. Para que su Cuaresma sea más significativa, puede ayunar más que solo estos dos días, tal vez una vez a la semana o más. El objetivo del ayuno es amar a Dios con todo nuestro cuerpo. Los dolores del hambre pueden movernos a cuidar a los que no tienen comida o ser un recordatorio para que oremos más. Otra forma de ayunar es ayunar (dejar de hacer) las cosas dañinas que hacemos. Ayunar por críticas o chismes, usar demasiado Internet/las redes sociales o renunciar a un regalo especial puede ser una excelente manera de hacer que el ayuno sea más significativo.
Todos sabemos que debemos orar más, pero ¿cómo se demuestra más oración? Puede ser venir a Misa entre semana, unirse a nosotros para la adoración o el rosario, o comenzar un rosario familiar. Puede ser asegurarse de orar 3 veces al día o leer un libro para aprender una nueva forma de oración. Estamos ofreciendo estudio semanal de las Escrituras y retiros como más formas de agregar oración a su Cuaresma.
Finalmente, la limosna es esa oportunidad de apartar dinero para los pobres, los más necesitados. Esperamos que se una al alcance de nuestra parroquia en el proyecto Plato de Arroz, pero también puede reservar dinero para nuestro refugio para personas sin hogar o ayudarnos a conseguir jamones para las canastas de Pascua para los pobres.
En cada una de estas acciones nuestra conversión es amar más a Dios amándolo en la oración, en la abnegación y en el servicio a los demás y así como la vida, sacaremos de esta Cuaresma tanto como pongamos en ella.
Que tu Cuaresma sea fructífera.
Con un corazón para la misión,
Fr. Ray