Del escritorio del pastor—3 de octubre de 2021

Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Querida familia del Sagrado Corazón,

Algo muy especial sucedió la semana pasada en el Sagrado Corazón. Si estuvo con nosotros el domingo pasado, pudo ver nuestra primera celebración del Festival de las Naciones. En un esfuerzo por mantener a nuestra comunidad segura, decidimos extender la celebración durante 3 domingos manteniendo todas las características de nuestras celebraciones anteriores con comida, vendedores, música y bailes internacionales y espacio suficiente para mantener la distancia. La semana pasada celebramos las culturas y comidas de México, El Salvador, Suecia, Perú, y Ecuador. Esta semana nos centraremos en España, Alemania, Italia, XXXXXX, China, México, y Egipto (danza).

Lo que hace que estos momentos sean muy especiales no es solo la comida, la música o los bailes, sino el unirnos como una sola familia conscientes de nuestra gran y hermosa diversidad. Nuestra diversidad no es solo un momento bonito y distintivo sino más bien es el pilar de nuestra fe como católicos. Esta unidad es el fruto de nuestras oraciones que hacemos en la Misa y el fruto de vivir en un mundo como lo hacemos en la mesa del señor.

Nuestra diversidad hace presente otro don espiritual entre nosotros, uno del cual nos habló San Pablo. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros diferentes dones. San Pablo se refiere a los dones espirituales de la enseñanza, profecía, predicación y servicio, pero como hemos visto, estos dones también pueden ser cocinar/hornear, bailar, servir y limpiar. Espero que los próximos meses den tiempo para que más miembros de nuestra familia parroquial compartan sus sueños y dones con nuestra comunidad.

Uno de estos regalos que se está empezando en nuestra parroquia es un comité de alcance que espera poder servir a los marginados de nuestra comunidad, desde los refugiados hasta los hambrientos y personas sin hogar. Otro regalo será nuestro consejo parroquial que espera poder hacer realidad la visión de nuestro obispo Rice de convertirse en una herramienta evangelizadora en nuestra parroquia.

Talvez el regalo más grande aun por suceder en el Sagrado Corazón sea suyo. Tengo la esperanza de que las nuevas ideas se encuentren con una actitud de: ¿Cómo podemos hacer realidad esto? Y aunque no podemos ser todo para todas las personas, me gustaría pensar que la respuesta a sus sueños, aunque no sea un sí, sea un Aun no, en lugar de un simple no.

Por ahora, aprovechemos este sueño del Festival de las Naciones, fortalezcamos nuestras relaciones comunes y aprecio mutuo e invitemos a otros a compartir nuestra alegría

Todos por Jesús y María,
Fr. Ray