Del escritorio del pastor— 10 de abril del 2022


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Querida familia de Sagrado Corazon,

Hoy comienza nuestra época del año más sagrada. Estos  próximos  días revelan la plenitud de la promesa de Dios Con Nosotros, Emmanuel.  Los eventos de la Semana Santa, como en nuestro mundo actual, van desde la promesa de la Gloria el Domingo de Ramos (así como la alegría de las Olimpiadas) hasta las profundidades de la desesperación en Viernes Santo (similar a la guerra con Ukrania.)  Este es un drama que se revive una y otra vez en cada generación de nuestra vida humana, en cada vida. A través de todos los altibajos, Jesús nos prepara para lo que nos espera y camina junto a nosotros a través de ello.  

Esta semana ofrece la verdad sobre Dios y el sufrimiento.  Dios no desea el sufrimiento, eso va totalmente en contra de todos sus planes. Al mismo tiempo, él no da la espalda al hecho de que nos dio libre albedrio y que a veces usamos ese libre albedrio para hacer cosas malas y egoístas.  ¿Si Dios tuviera que eliminar cada acto  malvado para que ninguno de nosotros sufriéramos, llegaríamos a aprender de nuestros errores o nos adaptaríamos a una vida de derecho espiritual? Lo que esta semana nos enseña es que incluso el Hijo de Dios no pudo salvarse del sufrimiento y el dolor en su paso por este mundo. ¿Si Dios no perdono a su propio hijo, puede eso ayudarnos a ver el sufrimiento o dolor en nuestra vida de una forma diferente?            

Mientras que escuchamos las historias desde el Domingo de Ramos hasta la Crucifixión en el Domingo de Ramos, hay cierto poder en caminar cada  momento de esta semana, a lo que llamamos el Triduo.   El Triduo comienza con el Jueves Santo, luego el Viernes Santo y el Sábado de Gloria (Vigilia).  Lo que lleva al Domingo de Pascua, que para nosotros comienza en la Misa de Vigilia del sábado por la noche.  Si nunca ha asistido a uno o a todos los servicios de Triduo, o hace mucho que no lo ha hecho, ahora con los casos de Covid en Springfield reducidos considerablemente, es el momento perfecto para que crezca en su fe asistiendo a uno o todos los servicios de la Semana Santa.  Esta es una forma muy grande de cumplir las promesas de Cuaresma de incluir más oraciones en sus vidas

El primer instante de la Semana Santa le pertenece al Domingo de Ramos donde caminamos con la promesa de un gobierno de Jesús justo  sobre todos nosotros. El Jueves Santo nos da el ultimo regalo de Jesús de si mismo en la Eucaristía y el llamado a servirnos unos a otros. En el Viernes Santo, Jesús nos muestra que cada uno de nosotros es capaz de traicionar a nuestro Señor y que su amor es más fuerte que el sufrimiento y la muerte.  El Sábado de Gloria es un día de reflexión profunda de que Dios alcanzara incluso hasta la muerte, o las partes que están muertas en nosotros para compartir su vida. Finalmente, la Pascua nos muestra que el fruto de todos los sacrificios es la vida nueva.  

La Pascua es un tiempo para que celebremos la alegría grande de la vida que se nos ha dado.  Si uno tuviese que asistir a una sola misa al año, esta debería ser la Pascua ante las demás celebraciones.  Este es el momento en que Dios nos separa para la vida eterna, y como tal debemos separarlo para Dios.

Con un corazón para la misión,
Padre Ray