Del escritorio del pastor— 29 de mayo del 2022
Querida familia de Sagrado Corazon,
Aunque ya debe haberse terminado sus caramelos de la Pascua, la Pascua no termina oficialmente sino hasta la próxima semana después de que hayamos celebrado la Ascensión y Pentecostés. Estos dos eventos están vinculados íntimamente ya que la Ascensión de Jesús marca el momento en que Él nos abrió los cielos y esta apertura permitió que el Espíritu Santo pudiera bajar sobre nosotros.
Estos dos momentos de la Ascensión de Jesús y la venida del Espíritu Santo son también parte de nuestra preparación para vivir activamente nuestra fe con la vida nueva que nos trajo esta temporada de Pascua. No hay mejor manera de vivir esta nueva vida que centrándonos en los dones que se nos han dado y sí, a todos se les ha dado algún un don.
¿Puede usted en estos momentos nombrar sus dones? Puede que ese don sea el regalo de su personalidad, un don spiritual, una habilidad técnica, una habilidad para el aprendizaje, una disponibilidad por aprender, o la voluntad de compartir. También puede que sea ciertas experiencias en la vida, desde la crianza/tutoría hasta la inteligencia en las calles y la habilidad para las redes. A veces nuestros dones son cosas simples como ser amable o dar la bienvenida, sabiendo escuchar, o estar dispuesto a ayudar con cualquier proyecto. Tales dones pueden ser utilizados de varias formas.
Con este fin, durante el fin de semana de Pentecostés nos daremos un tiempo para reflexionar sobre nuestros dones y la manera en que estamos dispuestos a usarlos. Segundo, tendremos una Feria del Ministerio después de cada una de nuestras misas de fin de semana para que todos puedan ver cuáles son todos los ministerios que toman lugar aquí en el Sagrado Corazón y ver en dónde podemos usar nuestros dones. Por supuesto, si usted tiene el deseo de comenzar un nuevo ministerio, también haremos un espacio para ello.
Hemos pedido a todos nuestros líderes ministeriales organizar una mesa con sus respectivas actividades para que así todos puedan verlas y será también una oportunidad para que nuestros ministerios crezcan.
Hoy recordamos que Jesús nos ha abierto los cielos y estos cielos son sentidos por más personas cuando vivimos nuestros dones en comunidad. El Sagrado Corazón es más que un lugar con gente agradable, es mucha más que una iglesia con gente amable es una familia de fe y una familia al servicio de los demás. Que conozcan los tesoros del cielo que se les han otorgado y ayuden al resto de nosotros a experimentar los tesoros del cielo, especialmente con los más necesitados.
Con un corazón para la misión,
Padre Ray