Del escritorio del pastor—27 de febrero de 2022


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Querida familia de Sagrado Corazon,

Esta semana celebramos la última semana del Tiempo Ordinario y comenzamos a prepararnos para el Mardi Gras, el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma al mismo tiempo que nuestros corazones caen bajo la tragedia de la guerra que estalla en Europa por primera vez en 77 años. En el Evangelio de hoy Jesús habla bien de este momento, “…todo árbol se conoce por su fruto”. Lucas 6:44

No hay mejores palabras para que recordemos estos últimos meses desde la celebración del nacimiento de Jesús y también nos preparemos para las disciplinas de Cuaresma. ¿Qué fruto hemos dado en nuestras familias, con nuestros amigos, con nuestro mundo? ¿Hemos cumplido nuestras resoluciones de Año Nuevo o ya nos hemos dado por vencidos? ¿He mantenido mi vida de oración con Dios antes de las comidas, antes de acostarme o antes de comenzar mi día? En estos días que tenemos por delante comenzamos nuestras promesas de Cuaresma: ¿a qué estoy dispuesto a renunciar por la Cuaresma? O, como mucha gente pregunta ahora, ¿qué estoy dispuesto a hacer por la Cuaresma, por Dios y por los demás? El corazón de nuestras prácticas cuaresmales de ayuno, oración y limosna es que demos mejores frutos, demos frutos más dulces, que nos volvamos mejores personas, que nos convirtamos en la persona que Dios nos hizo ser. Si renunciar al chocolate o los dulces hará eso, entonces hazlo por todos los medios, pero si somos serios acerca de hacer bien la Cuaresma, entonces tal vez necesitemos hacer un sacrificio más significativo esta Cuaresma. Creo que hay una persona que mejor nos puede guiar en Cuaresma y es María, más específicamente el Inmaculado Corazón de María.

Tal vez recuerden que cuando María se apareció a los niños de Fátima, vino como el Inmaculado Corazón de María y les pidió que hicieran lo que hacemos en Cuaresma, rezar más y hacer actos de penitencia. Ella les pidió específicamente a ellos (y a nosotros) que rezáramos el rosario y esa podría ser una buena práctica para agregar a tu vida esta Cuaresma. También pidió que oremos por la conversión de Rusia, que sabemos desde esta semana, se necesita más que nunca. Mientras hacemos eso, debemos adherirnos a las palabras de Jesús esta semana para tener cuidado con la hipocresía, como si todos nuestros problemas con la guerra en el mundo fueran solo con Rusia, ya que las Fuerzas de Operaciones Especiales de nuestro país participaron en acciones militaristas en 134 países el año pasado (la mayoría dedicado a la lucha contra el terrorismo). Así que mientras oramos y trabajamos por el fin de la guerra, esta oración debe incluirnos a todos.

Nuestra Santísima Madre del Inmaculado Corazón, de todo amor, es nuestra mejor guía en estos próximos días y semanas mientras nos dedicamos a la oración, el ayuno, la penitencia y la limosna a los pobres para que seamos lo mejor de lo que somos, seamos mejor de lo que éramos antes, y ser verdaderamente una luz para el mundo atrapado en la oscuridad para que otros nos conozcan por nuestros frutos.

Con un corazón para la misión,
Fr. Ray