Del escritorio del pastor— 23 de octubre del 2022

Hay una expresión que escuchamos en el Día de San Patricio y es que, en ese día, “todos son irlandeses”. Es una manera hermosa de dejar que otros se sientan incluidos en la alegría de ese día. Hoy, “la Jornada Mundial de las Misiones” es similar y diferente a la vez porque, como dijo el Papa Francisco, “todos son misioneros”. Lo que lo hace diferente al Día de San Patricio, es que aun después de hoy, todos somos misioneros. Por nuestra parte, contaremos con los Padres Misioneros de La Sallete para que nos ayuden a entender la llamada de las misiones y compartir nuestro apoyo a las misiones extranjeras. Pero hoy, como Misionero Claretiano, me gustaría compartir con ustedes lo que nos hace misioneros a todos.

Nuestra identidad misionera común se encuentra en las últimas palabras que  el Diácono Horacio o yo decimos al final de la Misa : “Pueden ir en paz”, “Vayan en paz, glorificando al Señor con sus vidas”, “Adelante la misa ha terminado” o “La Misa ha terminado, proclamemos el evangelio con nuestras vidas”. En cada uno de estos finales, Somos “enviados” y es entonces cuando nos convertimos en misioneros. Nunca dejamos la Iglesia o la Misa, somos “enviados” al mundo

La segunda parte de ser misionero es que somos “enviados” con una misión. Esa misión no es ver qué tan rápido podemos dejar libre el estacionamiento para la otra Misa, ni somos “enviados” a condenar a los que no asistieron a la misa (ese es siempre el trabajo de Dios). Somos “enviados” a compartir las Buenas Nuevas de las lecturas de este domingo y las Buenas Nuevas de la fiesta eucarística. Se nos envía con un mensaje, y ese es nuestra misión. Lo que hace el día del Señor Santo no es el que nos sentemos simplemente en una habitación especial durante una hora y con eso se termina. Se considera santo, apartado porque tomamos el resto del día y la semana para vivir lo que acabamos de escuchar, ver y probar con acciones de amor, perdón y sacrificio. Esa es nuestra misión, eso es lo que un misionero hace.

Durante muchos siglos, hemos descrito a los misioneros como aquellos que van a países extranjeros y sí, nuestros claretianos están en 70 países de todo el mundo, pero no es por eso que somos misioneros. Al igual que ustedes, es porque sabemos que desde nuestro bautismo y confirmación hemos sido “enviados” con una misión. Esa misión tiene mucho que ver con nuestra Feria Ministerial que tuvimos el pasado Pentecostés. Cuando compartimos nuestros dones con otros, estamos compartiendo la misión que Dios nos ha dado. Cuando compartimos nuestros dones en el nombre de Dios, estamos viviendo plenamente nuestra misión en el mundo. Así que podemos ser misioneros en Indonesia o en Springfield, lo más importante es saber que somos llamados a llevar ese mensaje, que, como en el día de San Patricio, es una hermosa manera de que otros se sientan incluidos en la familia de Dios.  


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Con un corazón para la misión,
Padre Ray