Del escritorio del pastor— 20 de marzo de 2022


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Querida familia de Sagrado Corazon,

En esta semana además de celebrar el Tercer Domingo de Cuaresma, celebramos la Solemnidad de San José (19 de marzo) y la conmemoración de San Patricio (17 de marzo). De estos dos últimos eventos, considero que San José es realmente un modelo para nosotros en este tiempo de Cuaresma. Aunque muy poco se habla de el en las escrituras, lo que sabemos es suficiente para guiarnos como lo hizo con
Jesús.

Ante todo, San José nos enseña como entrar en el silencio dela Cuaresma. La ausencia de palabras pronunciadas por San José nos recuerda, que no podremos escuchar a Dios sino aprendemos a cultivar el silencio en nuestras vidas, esto también se reflejó en la primera semana de la Cuaresma conla imagen del desierto. Cuando hacemos este momento de silencio, es entonces que podemos escuchar lo que Dios nos está pidiendo, como volvernos monaguillos, lectores, o unirnos a los Caballeros de Colon o comité hispano.

Otro de los rasgos de San José que nos ayuda a caminar máscerca de Jesús es su humildad. San José fue obediente a voluntad de Dios aun esta parecía algo imposible, como acoger en su casa a una mujer que no embarazo y huir a Egipto en el momento oportuno. La fuerza de su humildad me da ánimos cuando creo que mis sacrificios cuaresmales son muy duros, me recuerda que nada es imposible. Jesús llego a la vida de José de una manera inesperada, y Jesús nos hará lo mismo, si podemos crecer en la humildad.

Otra razón por la que considero que San José es un gran modelo para nosotros en esta Cuaresma es que nos mostró que en la vida necesitamos trabajar. Dios no le dio todo a José solo porque acepto a Jesús en su hogar, tuvo que trabajar para proveer y proteger a Jesús. Lo mismo es cierto para nosotros, la Cuaresma requiere trabajo para crear un hogar adecuado para acoger a Jesús en nuestras vidas. Puede significar dejar nuestra zona donde nos sentimos cómodos o dejar nuestra forma de vivir egoísta y considerar las necesidades de los demás.

No puedo evitar pensar que así como millones de Ucranianos huyen para salvar sus vidas, así también José huyo a Egipto con María y Jesús para protegerlos. San José nos recuerda que la Cuaresma es un tiempo para cuidar de los más necesitados, a los que llamamos limosneros. La semana pasada pudimos hacer esto haciendo una colecta especial para los refugiados de Ucrania, y me imagino que recibiremos más llamadas de ayuda en las próximas semanas a donde quiera que vayamos. Me enorgullece compartir que nuestros Misioneros Claretianos están trabajando en Ucrania y abriendo todas nuestras puertas en Polonia para recibir a los refugiados.

Si podemos seguir a José teniendo más silencio, humildad y cuidando de los necesitados, tendremos la fuerza que necesitamos para la Semana Santa y el Viernes Santo, para las cruces de nuestras vidas y las tumbas de la
desesperación. San José nos da esperanzas estwa semana por los desafíos que tenemos por delante porque como nos dice San Pablo esta semana “la esperanza no defrauda.”

Con un corazón para la misión,
Padre Ray