Del escritorio del pastor— 18 de septiembre del 2022


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Querida familia de Sagrado Corazon,

El evangelio de hoy nos trae una de las frases más reconocidas de Jesús, “No puedes servir tanto a Dios como a la riqueza (el dinero)” Lucas 16:13. El dinero, así como lo conocemos, es simplemente papel, no diferente a este boletín  y el papel no es malo. ¿Si el papel no es malo, cual él es verdadero mensaje de Jesús? Creo que tiene dos mensajes:  El primero es un recordatorio, de que debemos construir tesoros en el cielo no en la tierra. El segundo es, la condenación de Jesús del “amor” hacia el dinero.

Tal vez la forma más sencilla de ver el “amor” es  el amor que sentimos en cualquier cosa en que pasamos nuestro tiempo.  sí amamos a la gente, haremos tiempo para ellas.  Si dedico un tiempo a mis pasatiempos favoritos como el deporte, leyendo o saliendo de compras, entonces eso es lo que amo.  Si dedico mi vida al trabajo puede ser que ame lo que hago o porque me brinda otro beneficio que amo, seguramente dinero. Si voy a la misa, digo mis oraciones diarias o ayudo a otros en el servicio en el nombre de Dios, esas son formas de amar a Dios.  Si lleno mis domingos saliendo de compras, fiestas, vacaciones, o sueños y no tengo tiempo para Dios, la riqueza gano.

Como el amor de Dios no nos paga la renta, o compra los comestibles, pero el dinero si lo hace, entonces ¿Cómo amamos a Dios más que al dinero, si lo que necesitamos para vivir es el dinero? Es cierto que Jesús dijo oren sin cesar, porque rezando es una forma de amar más a Dios.  La segunda forma es que no dejemos de ir a misa los domingos. Dios no nos exige que pasemos todo el domingo en la iglesia, solo nos pide que le demos la primera hora de nuestra semana, no las sobras.  Si solo le damos a Dios el tiempo que nos sobra, es muy probable que no tengamos ni una hora para él.

La mayoría de los personajes religiosos que comentan sobre esta escritura se dan un momento para indicar que este pasaje no condena a los ricos (ya que ninguno de nosotros tiene derecho de juzgar a otros) , sin embargo, Jesús también dice: “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para una persona rica entrar al cielo”. ¿Cómo se pueden juntar estas dos enseñanzas? La respuesta es amando como Jesús amó. Sí, él tenía dinero, y pagaba impuestos, pero tenía claro y se aseguraba de dedicar su tiempo a los demás, para compartir la Palabra de Dios y para ayudar a los hambrientos, enfermos y marginados.

Esta es un área de la vida Cristiana en la que debemos ser distintivamente diferentes al mundo. ¿Vivo como todos los demás? O vivo de una manera que permite a los demás saber, ¿por mis acciones y donde paso mi tiempo, que Dios es lo principal? Y si he hecho de otras cosas el centro de mi vida, cómo  el dinero, ¿Qué puedo hacer para cambiar eso?

Con un corazón para la misión,
Padre Ray