Del escritorio del pastor—12 de diciembre de 2021


Padre Ray Smith, CMF
Administrador parroquial

Querida familia de Sagrado Corazon,

Muy pocos días de nuestro año eclesiástico se basan en un versículo de las escrituras, pero hoy es uno de esos días esta escritura es Filipense 4:4, “Alégrense en el señor siempre; y lo repito, alegrarse.” Por esta razón, este domingo se llama Gaudete (traducido “regocijo” en latino). Y tiene la intención de ser un recordatorio para nosotros durante la Temporada de Adviento, caracterizada tradicionalmente por la penitencia, y el ayuno. Apostaría que para la mayoría de las personas aquí en los Estados Unidos este día no tiene sentido ya que gran parte de nuestro Adviento esta ya enfocado a regocijarnos ya que vamos a festivales y fiestas navideñas con nuestras familias, en nuestros trabajos, e incluso nuestra iglesia. Aun hoy día refleja cierta verdad en nuestras vidas, ya que no esperamos a que Nazca un bebe para celebrar, hacemos baby showers, fiestas de revelación de género y mucho más porque no podemos esperar hasta el gran evento.

Hoy es así en la Iglesia, es un día en que decimos que nuestra alegría no puede esperar para celebrar. Así como Juan el Bautista salto de alegría en el vientre de Isabel cuando Jesús se acercó, así también nos llenamos de gozo ante la promesa de luz que Jesús nos trae para la oscuridad en la que nos encontramos. Hoy celebramos también esa alegría con la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, como fieles de todo el mundo recordamos llenos de alegría la aparición de nuestra Santísima Madre a San Juan Diego, una aparición donde María llevaba al niño Jesús en su vientre.

Para que nuestra alegría sea completa en esta Navidad, se nos pide preparar un hogar digno para el niño Jesús. La mejor forma de hacerlo es asistiendo a nuestra noche de Reconciliación por Adviento este miércoles a las 7 pm. Si han pasado años o décadas desde su última confesión, no tema si no recuerda cómo hacerlo correctamente, nosotros le ayudamos. Lo más importante es pedir perdón por la forma en que hemos lastimado a nuestro Señor y a otros y prometer que lo volveremos a intentar con la gracia del Espíritu Santo

Dios no les pide que sea perfecto, solo les pide estar dispuestos a intentarlo de nuevo. Este sacramento de reconciliación no es para sentir vergüenzas o culpas es más sobre alegrías, Dios también se regocija de que vuelvan a él. Por esta razón, la forma más apropiada de celebrar la semana de Gaudete es con la alegría de regresar a casa.

Ciertamente regalar, hacer compras y fiestas siempre serán parte de la alegría de la Navidad, pero debemos retarnos a nosotros mismos para tener a Cristo siempre presente en la Navidad, y enfocarnos en la luz verdadera para tener un hogar digno del niño Jesús que quiere morar en nosotros.

Con un corazón para la misión,
Fr. Ray